Cómo Comer Bien a tu Chica

1- Comience despacio

Bésale por su cuerpo y estimula sus muslos y nalgas por un rato antes de que hagas contacto con cualquier parte de sus genitales. Esto la encenderá antes de comenzar la acción real. Acércate para que piense que vas a concentrarte en ella en cualquier momento, pero no te rindas inmediatamente.

2- Calentarla

Antes de quitarse la ropa interior, respire aire caliente contra el área genital. Respire suave pero cálidamente con ráfagas cortas a la vez. Puedes alternar entre hacer esto y besarle los muslos y el estómago.

3- No te precipites

Cuando empiece a besar y lamer su vulva, hágalo lentamente desde afuera. Comience lamiendo los bordes externos de los labios externos (labios vaginales), luego muy lentamente extiéndalos, y lamer y besar los labios internos, y alrededor de la vagina. Hazlo con cuidado, como si todavía estuvieras jugando con ella. Trabajarás hasta llegar a una acción más intensa con el tiempo.

4- Espera el clítoris

Trata de evitar entrar en contacto con su clítoris tanto como puedas, incluso cuando le beses los labios y la vagina. Cuando empiece a lamerlo, hágalo suavemente y concéntrese en la capucha del clítoris (justo encima del clítoris), ya que la mayoría de las mujeres prefieren el contacto indirecto con el clítoris antes de estar completamente excitadas.

5- Lamer el alfabeto

Si no está seguro de qué trazos son los mejores para acercarse al clítoris, pruebe la famosa sugerencia de Sam Kinison y lame la forma de cada letra del alfabeto como una forma de ofrecer una amplia variedad de enfoques. Hazlos anchos de vez en cuando para cubrir toda el área genital, y hazlos pequeños en otros momentos, centrándote en el clítoris mismo.

6- Chúpalo

A medida que se excite más, puedes succionar suavemente su clítoris en la boca y deslizar la lengua sobre él. Esto combina la succión con un ritmo mucho más rápido. A las mujeres les gusta eso.

7- Escucha su reacción

Escuche atentamente lo que dice y los sonidos que hace. Si ella parece excitada, sigue haciendo lo que estás haciendo todo el tiempo que puedas. Cuando parece responder menos, es hora de intentar un nuevo golpe.

8- Tararea

Has oído hablar de la felación como un “tarareo”, pero funciona igual de bien si cierras la boca y tarareas contra su clítoris de vez en cuando.

9- Agarrar

Agárrate a sus muslos o a su trasero para que puedas frotarte bien contra ella. Desde allí también puedes extender la mano y acariciar sus pechos o, si lo desea, colocar tus manos cerca de su boca para que pueda chuparte los dedos.

10- Pon toda tu cara en ello

Alguien dijo una vez que si tus párpados no están pegajosos después de darle sexo oral a una mujer, no hiciste todo lo posible por complacerla. Usa la nariz, las mejillas y la barbilla (bien afeitado, nadie quiere papel de lija) y muévelos. Incluso si solo usa la boca, mover la cara de un lado a otro y hacia arriba y hacia abajo mejorará la fricción de una manera excelente.

11- Usa tus dedos

Penetrar a tu mujer con un dedo y hacer un movimiento de “ven aquí” es una excelente manera de localizar su punto G, lo que elevará la apuesta de su orgasmo. Incluso si no sabes dónde está su punto G (es bueno tener experiencia con él de antemano), simplemente penetrándola mientras la lamas. También puede alternar entre penetrarla con tu pene y complacerla oralmente.

12- Mantener contacto visual

Puede perder la noción de lo que está haciendo en la emoción de todo, pero es bueno hacer contacto visual con su pareja y darle una sonrisa y una mirada que diga: “No hay otro lugar en el que prefiera estar”.

13- Saber cuándo continuar

Cuando tu mujer se acerca al orgasmo, asegúrate de hacer todo lo que ella quiera. No importa si tiene un pliegue en el cuello o si tu brazo se está quedando dormido, seguí haciendo exactamente lo que estás haciendo hasta estar seguro de que ha tenido su orgasmo.

14- Sepa cuándo parar

El clítoris es extremadamente sensible después del clímax, así que cuando su orgasmo haya terminado, no querrás seguir lamiéndolo tan intensamente como antes de llegar al orgasmo. Mientras ella llega al clímax, continúa lamiendo, pero suavemente disminuya cuando su reacción comience a suavizarse.

despójala

Si bien todas estas son ideas útiles, la verdadera magia del placer oral es hacer lo inesperado, de modo que al usar estas ideas, recuerda ser espontáneo siempre que puedas.

Y tener en cuenta que debes ser entusiasta en todo momento; si quieres que ella caiga sobre vos voluntariamente, entonces ella merece lo mismo a cambio.

(Fuente: girlslovesextoo )

3 posturas sexuales con una atadura erótica

En ocasiones las fantasías y los juegos sexuales le imprimen a la relación íntima una dosis de innovación y creatividad, pero sobre todo de confianza; ejemplo, la atadura erótica. Y esto se debe a que el sexo no está precisamente entre las dos piernas, sino entre las dos orejas, en nuestra cabeza. Así lo indica Miren Larrazabal, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS).

Para Larrazabal, cualquier práctica o juego sexual en el que se manejen roles, como es el caso de las ataduras eróticas, debe existir algunas claves; ejemplo, debe ser un sexo consentido y con límites.

Además, se trata de un juego donde cada uno tiene un rol, pero ese rol acaba tan pronto como termine el juego, por ello los dos deben estar de acuerdo, sentirse cómodos y simplemente jugar y ampliar el abanico del erotismo porque “el sexo es creatividad erótica”.

3 posturas para un amor atados

Para las ataduras eróticas se puede emplear herramientas como las esposas, las cuerdas, el cinturón o las corbatas; pero, si no sabes que posturas son ideales para este juego, aquí te ofrecemos tres.

  1. Sometido.Tu compañero debe estar atado de pies y manos, sobre una superficie plana; ejemplo, la cama. Siéntate encima de él, pero en vez de darle la cara, le darás la espalda. Con esta posición podrás controlar la profundidad de la penetración.
  2. El misionero.Aquí tu compañera sólo debe estar atada de las manos. Con tus manos levanta levemente su cadera y pídele que te envuelva con sus piernas. La postura favorece una penetración profunda y placentera.
  3. Cunnilingus. No importa quien este atado, lo esencial es que se debe centrar en el placer y las sensaciones. Quien esté libre podrá actuar sobre la zona genital con total libertad. Esto generará una gran excitación para ambos, sin embargo, debes tomar en cuenta una cosa: nunca pierdan el contacto, deben escuchar cada sonido para saber si se está ofreciendo placer o se está lastimando.

A las ataduras eróticas hechas por todo el cuerpo o sólo en algunas partes se les denominan bondage, una práctica sadomasoquista que te permitirá liberarte de inhibiciones. Recuerda, para vivir la sexualidad con plenitud debes tomar en cuenta dos cosas: confianza y respeto.

fuente salud180.com