En ocasiones las fantasías y los juegos sexuales le imprimen a la relación íntima una dosis de innovación y creatividad, pero sobre todo de confianza; ejemplo, la atadura erótica. Y esto se debe a que el sexo no está precisamente entre las dos piernas, sino entre las dos orejas, en nuestra cabeza. Así lo indica Miren Larrazabal, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS).
Para Larrazabal, cualquier práctica o juego sexual en el que se manejen roles, como es el caso de las ataduras eróticas, debe existir algunas claves; ejemplo, debe ser un sexo consentido y con límites.
Además, se trata de un juego donde cada uno tiene un rol, pero ese rol acaba tan pronto como termine el juego, por ello los dos deben estar de acuerdo, sentirse cómodos y simplemente jugar y ampliar el abanico del erotismo porque “el sexo es creatividad erótica”.
3 posturas para un amor atados
Para las ataduras eróticas se puede emplear herramientas como las esposas, las cuerdas, el cinturón o las corbatas; pero, si no sabes que posturas son ideales para este juego, aquí te ofrecemos tres.
- Sometido.Tu compañero debe estar atado de pies y manos, sobre una superficie plana; ejemplo, la cama. Siéntate encima de él, pero en vez de darle la cara, le darás la espalda. Con esta posición podrás controlar la profundidad de la penetración.
- El misionero.Aquí tu compañera sólo debe estar atada de las manos. Con tus manos levanta levemente su cadera y pídele que te envuelva con sus piernas. La postura favorece una penetración profunda y placentera.
- Cunnilingus. No importa quien este atado, lo esencial es que se debe centrar en el placer y las sensaciones. Quien esté libre podrá actuar sobre la zona genital con total libertad. Esto generará una gran excitación para ambos, sin embargo, debes tomar en cuenta una cosa: nunca pierdan el contacto, deben escuchar cada sonido para saber si se está ofreciendo placer o se está lastimando.
A las ataduras eróticas hechas por todo el cuerpo o sólo en algunas partes se les denominan bondage, una práctica sadomasoquista que te permitirá liberarte de inhibiciones. Recuerda, para vivir la sexualidad con plenitud debes tomar en cuenta dos cosas: confianza y respeto.
fuente salud180.com